Columna de análisis crítico

martes, 25 de octubre de 2016

Rendición de cuentas


La inclusión de José Luis Armendáriz en el consejo nacional que decide el Premio Nacional de Derechos Humanos de la CNDH es un reconocimiento merecido a su labor al frente de la CEDH en Chihuahua. Felicidades.

Resulta incómodo para la autoridad responder a los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación. Por ello busca en todo momento evadirlos, ahuyentando las auténticas conferencias de prensa e incluso las entrevistas banqueteras. Ello no resulta ninguna novedad.

Esto es verdad aún y cuando exista una supuesta vocación a la rendición de cuentas y la transparencia, y es así por que atender al carácter incisivo de los ¿que?, ¿quien?, ¿como?, ¿cuando?, ¿donde?, ¿por que?, y ¿para que?, pareciera fastidiarlos.

Ya me canse, espetó el exprocurador José Murillo Karam, durante una celebre rueda de prensa con comunicadores en la ciudad de México, no hace mucho tiempo.

Ese fastidio o cansancio en las autoridades representa un indicador que revela en el fondo una intención auténtica de evadir la rendición de cuentas a través de la prensa. Evidencia que pese al discurso, la intención del servidor público es no ser molestado, actuar sin que nadie ose cuestionarlo.

Por ello se prefieren los comunicados de prensa, los twits o los posteos en Facebook. Nada de interrelacionar con los periodistas de a pie, aquellos que cubren las fuentes periodísticas. 

Desde las áreas de comunicación social se construyen líneas de comunicación unidireccionales, verticales, evitando una comunicación verdadera, donde el mensaje es cuestionado, analizado, en un ejercicio previo a su difusión: una comunicación horizontal donde el periodista no solo ejerce su derecho a la libre expresión, sino que protege, con su pensamiento crítico, el derecho a la información que tiene una colectividad.

Se olvida precisamente ese importante papel social que la prensa desarrolla, y que ha cumplido durante bastante tiempo: ser un controlador del poder, más aún del poder autoritario, basado en el culto a la personalidad.

Una de las principales herramientas que el periodista tiene para cumplir su importante y crucial cometido social es la entrevista. Género periodístico que lleva al comunicador a ser impertinente con el poder: a ser cuestionador: inquisidor: crítico: observador, y analítico.

Las preguntas clave, elementales, que construyen la nota periodística, lo guían en ese caminar pantanoso y difícil que es el ejercicio de la profesión: ¿que?, es decir, que es lo que esta informando la autoridad. Un nombramiento, ¿de quién? quien es ese personaje que se nombra, sus antecedentes, sociales, políticos, su récord periodístico, su dossier. ¿Para que se nombra?, para investigar que, detener a quien, realizar que funciones. ¿Por qué?, con esos antecedentes, se le nombra. Cual es en el fondo de esa decisión, si genera un disturbio político, si rompe con la armonía y coordinación entre poderes, ¿de que tamaño es entonces el interés existente? ¿Cómo? Esto es, ¿cómo va a poder cumplir su función en un clima enrarecido, de desconfianza?

Esa acuciosidad periodística molesta. Obvio. Pero es necesaria e indispensable. La prensa, quierase o no, cumple una función social indispensable en el estado moderno, una especie de rendición de cuentas no formal, continúa y permanente, que no debe ser minusvalorada.

Al contrario, debe ser alentada. Las tareas de profesionalización auxilian en ese sentido. Elevar el nivel del periodismo, su agudeza crítica, permite al poder un aliado de control indispensable, ante un servicio público que se ha transformado en una hidra de mil cabezas, donde muchas veces el servidor público que se encuentra en la cúspide se extravía en las cumbres del poder y deja de observar lo que se hace en los recovecos y entresijos: el presidente o gobernador solo alcanza a divisar la copa de los arboles y no los acontecimientos sucedidos bajo la sombra de los mismos.

Por ello los cuestionamientos de los medios de comunicación a través de sus representantes deben ser bienvenidos y alentados. Forman parte de la necesaria y crucial rendición de cuentas.

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martes, 18 de octubre de 2016

Necesidad imperiosa


Felicidades a los colegas que obtuvieron el Premio Estatal de Periodismo José Vasconcelos, otorgado por el Foro de Periodistas de Chihuahua: Dr. Javier Contreras Orozco, Alejandra Cecilia Román Rangel, Jesús Guillermo Salas Medina, Carlos Alonso Dueñas Cordero, Gustavo Cabullo Madrid Medio, Lineli Lucero Montoya, Carlos Fernando Quintana/ Julio César Saucedo, y Álvaro Leopoldo Perea Gámez.

Existen dos características en los medios de comunicación llamados tradicionales, para distinguirlos de las modernas redes sociales, que deben destacarse: por un lado, son elaborados por profesionales, de origen empírico o académico, que dedican su tiempo y actividad principal a elaborar textos, fotografías, videos o diseños, que serán difundidos masivamente, y por ello mismo, se convierten en cuestionadores permanentes y sistemáticos del acontecer público cotidiano.

Es decir, los medios de comunicación masiva exigen una técnica en la elaboración de sus contenidos; cualquiera que sea la temática, va a demandar el apego a un género periodístico, sea entrevista, reportaje, crónica, editorial, columna o noticia.

Dominar dicha técnica ocupa tiempo y dedicación. Actualmente cientos de jóvenes son preparados en las instituciones educativas de nivel superior en especialidades como ciencias de la comunicación o periodismo. La excepción hoy en día es el empirismo, que antaño era la regla general.

Sin embargo, academia y experiencia se conjugaban y aún hoy en día lo hacen: la teoría debe ser sometida a la exigencia de la práctica diaria en el desarrollo de habilidades para comunicar y particularmente, para construir narrativa informativa con agudeza y puntualidad, capturar imagenes pertinentes en fotografía o video.

Al final, el periodista, cualquiera que sea su formación, termina siendo un fiel filtro de la realidad; un cuestionador de los sucesos públicos; un profesional dedicado a la tarea de informar a la sociedad desde su particular punto de vista, subjetividad que pluraliza la comunicación y enriquece el debate acerca de la cosa pública.

Esta característica hace que el periodista madure en el ejercicio de la esgrima mental, impulsándolo a un mayor análisis y sintésis de los sucesos cotidianos: de ser un simple expectador y transmisor de la realidad, que se limita a informar a secas, se convierte en un ojo crítico, auditor de todos los fenómenos sociales.

En esa posición crítica, el periodista cuestiona y exige respuestas, particularmente a quienes detentan el poder, fáctico o formal, porque son ellos su principal centro de atención, en función de su naturaleza, la naturaleza de los medios de comunicación, de propiciar el equilibrio, ser peso y contrapeso del abuso de poder.

Contrario a ello, las redes sociales, con sus excepciones, son utilizadas por personas que no se dedican profesionalmente a la comunicación y su proceso. Usan las redes para socializar y entretenerse. Sus expresiones críticas no son sistemáticas, sino mas bien son ocasionales. No interactuan directamente con el poder, y cuando lo hacen son extremas, tienden al insulto o a la entrega incondicional.

Es cierto que las redes sociales son un instrumento moderno de la comunicación que facilita el contacto y la interacción, sin embargo están limitadas: o constituyen un canal de información en una sola vía sin retroalimentación -como cuando se difunden informaciones sin esperar y obtener respuesta- o se convierten en dialogos estrechos entre unos cuantos participantes. La interlocución existe, pero en ella no interviene un comunicador o un periodista profesional, sino un usuario, probablemente informado, pero no profesional de la comunicación.

Si en las redes sociales no existe como interlocutor un profesional de la comunicación, luego entonces no hay un mayor procesamiento crítico de dicha interlocución -insisto, con sus excepciones- como ocurre con los profesionales que participan en los medios de comunicación.

Una adecuada política de comunicación social debe atender a medios de comunicación masiva y a las redes sociales en su justa dimensión. Desaprovechar el gran potencial de comunicación que ofrece facebook, twitter o incluso whattsapp, es un error grave. Pasa lo mismo con los medios de comunicación: dejar de emitir boletínes, propiciar ruedas de prensa, incluso las denominadas banqueteras, es también un error.

Más aún cuando los medios de comunicación han construido una dinámica de ejercicio de rendición de cuentas sistemática: diariamente cientos de reporteros salen a sus fuentes de información en busca de noticias, con pensamiento crítico y una técnica profesional, buscando ser ese balance de poder social que no puede ni debe ser desestimado. Utilizar como vía de comunicación los medios tradicionales, entonces, se convierte no en una opción, sino en una necesidad imperiosa.

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miércoles, 12 de octubre de 2016

Necesaria complementariedad


"Reconocimiento al Foro de Periodistas de Chihuahua, que hoy 12 de octubre entrega el Premio Estatal de Periodismo, partícularmente por el esfuerzo de organización desplegado por su Presidente el colega Angel Zubia. Felicidades a todos los ganadores que hoy recibirán la tradicional medalla José Vasconcelos"

Resulta por demás interesante el intento por sustituir a los medios tradicionales de comunicación como intermediarios con la sociedad, por medio del internet y particularmente las redes sociales.
Es atractiva la idea, no cabe duda.
Sin embargo, los medios tradicionales y los modernos se complementan; no transitan por vías encontradas. La evolución tecnológica ha permitido a los medios de comunicación masiva perfeccionarse y adaptarse a las nuevas condiciones.
La prensa escrita evoluciona al reducir costos, mejorar la calidad de su impresión y fortalecer su nicho de mercado. Es cierto que enfrenta dificultades con la circulación, pero la complementa con su incursión en internet, ampliando su potencial mercadológico. Es decir, se complementa y potencia con el auxilio de redes sociales: deberá, indefectiblemente, por supervivencia, evolucionar hacia el nicho publicitario en internet.
Lo mismo pasa con la radio y la televisión: ambos medios tradicionales se transmiten en vivo por internet y aprovechan las redes sociales para ampliar mercados de audiencia e incluso como referente crítico de contenidos y programación.
Los periódicos, la misma radio y la televisión, tienen como ventaja la profundidad de contenidos, riqueza de géneros periodísticos, acerca de hechos noticiosos recientes: material preparado por profesionales de la comunicación, que han procesado los datos en auxilio del lector, radioescucha o televidente.
En cambio las redes sociales y contenidos en internet -salvo excepciones como los blog o páginas de profesionales de la comunicación- son presentados sin filtro, opiniones personales por millar que tienen como ventaja su cercanía directa entre emisor y receptor, sin intermediarios, pero que también tiene desventajas:  hay múltiples participantes, todos ellos desconocidos entre sí -conocidos coyunturales- que comparten opiniones en unos cuantos golpes de tecla, por lo regular a priori, motivados por el estado anímico del momento.
La prensa, la radio y la televisión tienen una estructura compleja de producción de contenidos, equipo y personal: ha desarrollado una técnica para entretenimiento e información, que ha hecho del internet un simple medio de transmisión de dichos contenidos, de lograr una mayor propagación y penetración en diversos mercados de audiencia.
Es cierto, la gran ventaja inicial del internet es su democratización y pluralidad totalmente abierta, sin cortapisa alguna. Al estar libre de reglas oficiales -con excepciones como la electoral- es un nicho virgen de producción de contenidos multimedia, con amplios márgenes de ganancia aún con producciones elementales que tienen una amplia audiencia entre jóvenes.
La prensa, la radio y la televisión no son los únicas que comprenden la necesaria complementariedad con el internet: las mismas redes sociales así lo entienden: existen youtubers que han encontrado una catapulta a la expansión de visitas en virtud de alianza con medios tradicionales, incluso publicidad alternativa como espectaculares.
Los especialistas en redes sociales entienden con mucha agudeza que el internet universal por el momento no es posible por razones financieras, y que una de las desigualdades de la modernidad es la ausencia de acceso a la red mundial y el analfabetismo funcional correspondiente, por ello no tienen empacho alguno en ampliar sus expectativas con el uso de medios tradicionales, para captar audiencia.
Por todo ello, sustituir a la prensa escrita, radio y televisión por redes sociales e internet puede resultar atractivo, pero no es funcional. Como discurso se escucha revolucionario y postmodernista, pero no es una buena decisión comunicativa.
Debe buscarse la complementariedad. Una acertada mezcla de marketing, aprovechando el abanico de posibilidades mediáticas para cubrir la mayor parte del auditorio, en su gran diversidad y preferencias, para hacer llegar el mensaje adecuado, por un lado, y por otro, cumplir con el apartado de rendición de cuentas y exposición mediática a la crítica de profesionales, apartado donde los medios tradicionales cumplen una importante función.
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miércoles, 5 de octubre de 2016

Asfixia informativa



"Felicitaciones al Dr. Abraham Paniagua, recién electo director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Uach, reconocido integrante del Sistema Nacional de Investigadores"

Los medios de comunicación social profesionales constituyen un filtro necesario e indispensable en la construcción de opinión pública.

El llamado "Cuarto Poder", la prensa, es un instrumento que a la vez potencializa la libertad de expresión y posibilita el acceso a la información, ambos derechos inherentes a la persona y sustanciales en materia democrática.

En la prensa, entendida ésta no sólo como los medios de comunicación impresos, sino también la radio, la televisión y el internet -con sus peculiaridades- colaboran miles de personas que día con día procesan la información para presentarla a sus lectores, televidentes, radio escuchas, y hoy, cibernautas.

Cada uno de éstos medios de comunicación juegan un doble papel: son en un mismo momento empresa comercial y social: paradójicamente, buscan ingresos para sostenerse y obtener un margen de ganancia: pero de manera simultánea prestan un servicio de información y canal de expresión al público: sin esos recursos no podrían cumplir su función.

En su faceta empresarial, ofrecen publicidad como principal fuente de ingresos, aunado a publicación de encartes, y el pago de una suscripción o venta directa de ejemplares al público, así como el servicio de imprenta en sus rotativas.

En su faceta social, abren sus puertas a los lectores para que se expresen en sus páginas, por medio de editoriales, cartas al director, o bien, la información directa que el cuerpo de periodistas recoge con base en órdenes de información diarias, material todo que cubre sus páginas o llena sus espacios.

Faceta empresarial y social, idealmente, deben caminar separadas, sin contaminarse: la publicidad no debe condicionar la información, ni la información debe servir de ariete para lograr publicidad.

La separación de éstos ámbitos permite que el lector obtenga información valiosa, de gran interés público, balance necesario e indispensable ante los abusos del poder: el condicionamiento de uno y otro hace de la prensa un ente obsequioso.

La riqueza, imparcialidad, objetividad, independencia, valor noticioso, profesionalismo del cuerpo redactor, crítica, oportunidad, son elementos que permiten la circulación de contenidos atractivos, que hacen del medio de comunicación un referente idóneo en una sociedad democrática, donde la pluralidad no solo es ideal, sino urgente necesidad.

Una sociedad sin medios de comunicación que cumplan con su función a cabalidad, termina cayendo en una homogeneidad que asfixia, administraciones autoritarias que no admiten opiniones en contra, y que se asumen con la verdad absoluta.

Ese cuerpo profesional que construye información en los medios de comunicación, constituye un filtro indispensable para desgranar el acontecimiento cotidiano, aún con el riesgo de manipulación, que se evita con la pluralidad de pensamiento e incluso de intereses de las casas editoriales: esa diversidad le da al lector oportunidad de escuchar diversas versiones y aristas de la información.

Sin los profesionales de la información, el público lector, radio escucha, televidente o cibernauta, carecería de asideros para construir sus propios juicios: se vería extraviado en un oceano de información que lo ahoga, lo dispersa y lo distrae.

Por ello, la construcción de una prensa cada día mas profesional, libre, plural y crítica debe ser preocupación cotidiana de todos los sectores sociales, entendiendo sus dos facetas y la clara distinción de las mismas.

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