Columna de análisis crítico

jueves, 2 de julio de 2009

Plurinominales

El Estado Mexicano tomó la decisión de generar espacios legislativos en forma artificial para los partidos políticos que carecían de una representación amplia, en un electorado cautivo por las dos principales fuerzas políticas, el PRI y el PAN.
De esta forma nacen los diputados de partido, que luego, en un saneamiento que generó una mayor legitimidad en el otorgamiento de curules, se crean los diputados de representación proporcional, una vez que el electorado madura y se pluraliza.
Actualmente se requiere obtener el dos por ciento de la votación nacional efectiva para acceder al menos a una diputación por el principio de representación proporcional. Esa votación efectiva se deduce de la votación nacional emitida, menos los votos nulos y los votos a partidos que no lograron ese dos por ciento.
Actualmente están representados en la Cámara de Diputados, el Revolucionario Institucional, Acción Nacional, de la Revolución Democrática, Verde Ecologista de México, del Trabajo, Convergencia y Nueva Alianza.
Como se observa, se ha roto el principio bipartidista para abrir camino a un sistema de partidos con mayor competencia electoral, demostrada en 2006 con la diferencia tan escasa en la elección presidencial.
Esa alta competencia electoral se distribuye por todo el país, con regionalismos que plantean distintos partidos predominantes, como en el Distrito Federal el PRD, el PRI en Puebla o el PAN en Guanajuato.
De esta forma, la pluralidad electoral llega a los estados y municipios, en la conformación de las legislaturas locales.
Por ese motivo se cuestiona si el sistema artificial que compensa con legisladores a los partidos con pequeña representación debe endurecerse, elevando el porcentaje mínimo requerido para alcanzar una curul y reducir también el número de 200 diputados llamados plurinominales.
Una solución intermedia puede ser un cambio gradual: eliminar un porcentaje de legisladores de representación proporcional, para incentivar en los partidos la búsqueda de escaños por la vía de la mayoría relativa, con lo cual, por un lado, se incrementa el compromiso frente al ciudadano al buscar el voto directo y por el otro, no se deja de lado la profesionalización de cuadros y la gobernabilidad interna mediante el otorgamiento de espacios en los partidos.
Esta propuesta gradual parece apropiada, evitando un golpe de tajo a la pluralidad artificial, que podría polarizar aún más las fuerzas en el congreso, representadas mayoritariamente por el PRI, PAN y PRD.
Paralelo a esta decisión, debería estudiarse con detenimiento, como se hace ya en la cámara alta, la necesidad de incursionar en las candidaturas independientes, donde el punto débil es el financiamiento público y su rigurosa fiscalización, para evitar la incursión de recursos de origen ilícito.