Columna de análisis crítico

martes, 24 de diciembre de 2013

Salario mínimo de control

"Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra". Mateo, 2, 11. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal por sus siglas, pone el dedo en la llaga: México se ha plegado a los intereses económicos para conservar el salario mínimo en el nivel más bajo de Latinoamérica. Para 2014 el salario mínimo se plantea en 67.29 pesos diarios, insuficientes a todas luces para adquirir la canasta básica y sufragar los gastos elementales para contar con un nivel de vida aceptable. De acuerdo con la mencionada Comisión, México conserva un salario mínimo bajo como un mecanismo de control de la inflación y favorecer las exportaciones hacia la unión americana, en la competencia con el mercado Chino: México disputa con China en precios de mano de obra, con ventaja frente a otras naciones que han dejado la manufactura como generador de empleo por las condiciones paupérrimas que el mercado laboral impone. Si ya de por sí se considera inmoral controlar los salarios con estos objetivos, en perjuicio de la clase trabajadora, lo es aún más cuando flagrantemente nuestro país esta violando de manera reiterada el convenio 121 de la Organización Internacional del Trabajo, que propugna porque en la fijación del salario mínimo se tomen en cuenta las necesidades del trabajador y su familia, en relación con el desarrollo del país, la productividad y la conveniencia de alcanzar un alto nivel de empleo. Para la Organización Internacional, contar con una política activa de salarios mínimos contribuye a combatir la pobreza y redistribuir el ingreso. Por el contrario, una política restrictiva, con bajos salarios, asegura la rentabilidad de las empresas, aun si no hay aumento de la productividad, porque inhibe la innovación tecnológica en países donde predominan las actividades intensivas en mano de obra. Ya Milton Friedman lo había señalado hace décadas: el control de la inflación no debe provenir del control salarial e incluso, del control de los precios: debe provenir del control de la emisión de dinero por parte de los gobiernos, que alientan la inflación como un mecanismo tributario que le permite recabar recursos continuamente. Las cifras hablan por si solas: en 2011 México pagaba 147 dólares por mes como salario mínimo: Uruguay pagaba 300; Argentina, 475, Costa Rica, 516; El Salvador 224, Guatemala 273 y Chile 372. En 2013 México pagó 146.5 dólares al mes. Para 2014 será de 67.29 pesos diarios, con un incremento de 2.53 pesos, unos 152 dólares al mes. Es decir, para el próximo año continuará la política de restricción al salario. Es cierto que en México prácticamente el salario mínimo es un indicador en las diversas zonas en que se encuentra dividido el país; sin embargo, se convierte en un indicador perverso, porque restringe el salario real o de mercado, pero además, subsiste un subregistro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social: las empresas solo reportan cuotas en base al salario mínimo y no el resto de las prestaciones: las jubilaciones, pensiones o incapacidades luego se pagan con base en ese monto, y no el total de prestaciones (que por cierto el próximo año tendrán una menor capacidad de deducibilidad fiscal). Pero además, el férreo control de los salarios no ha podido reducir la inflación: para el quince de diciembre se colocó por encima de lo esperado, 3.89 -aunque dentro de la estimación responsable que el banco central previó y que la Secretaria de Hacienda desestimó-: cual fue el detonante del crecimiento inflacionario, el transporte, uno de los precios que el sector público controla, así como el alza en las gasolinas. México debe reconsiderar su política de control de salarios, a través de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, por cierto, un órgano colegiado integrado por el sector gobierno, el sindical y los empresarios. El auténtico control de la inflación provendrá de la reducción del aparato burocrático y sobre todo, la autonomía e independencia del control en la emisión del dinero, donde México ha dado pasos sólidos desde la creación de un banco central autónomo, pero que aún sigue siendo presa de los caprichos del gobierno en turno, que exige mayores recursos, insaciables, sin cubrir las necesidades de la población -que crecen día a día-, propugnando por mas tributos directos e indirectos, ocultos, como es el costo del dinero. EN EL TABLERO...Las investigaciones sobre el caso de la maquiladora BlueBerry no se han cerrado...La Comisión Especial creada para investigar el suceso en el Congreso del Estado esta a la espera de la entrega del expediente para revisar su contenido y valorar si efectivamente se trató de un accidente sin responsabilidad para nadie...La prorroga del Gobierno del Estado para regularizar los autos chuecos vence el fin de año y aún hay miles de personas que no lo han hecho...Mucho del problema subyace en los coyotes que lucran con la importación de chuecos, que están con los dedos en la puerta, en un negocio que vale muchos miles de pesos...