Columna de análisis crítico

martes, 4 de septiembre de 2012

Espacios y calidad

Uno de los principales problemas de nuestro país es el rezago educativo: cuatro de cada diez mexicanos en edades de quince años y más lo padecen. Para el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, hasta el momento las soluciones que se han planteado son incompletas, parciales y coyunturales. En el país hay 5.4 millones de personas analfabetas así como 10 millones de mexicanos que no cuentan con estudios completos de primaria, y 16 millones y medio más sin concluir la secundaria. Para Narro, México no puede ser una nación moderna, mientras no se mejoren los niveles instructivos. La tarea es compleja. Tiene que ver no solo con recursos materiales e infraestructura, sino con profesionalización y capacitación continua al personal, mejora de procesos y la reforma curricular acompañada de un riguroso seguimiento y evaluación. Sobre todo tiene que ver con planeación y resultados a corto, mediano y largo plazo. Los jóvenes requieren soluciones inmediatas. Esta necesidad se debe conciliar con la capacidad de las instituciones de crecer de manera racional en el ámbito educativo. En cuanto a espacios, hay universidades en el país que hacen el esfuerzo de ampliar la oportunidad para más jóvenes. La Universidad Nacional Autónoma de México hace su parte. La matricula en solo tres años se ha incrementado en 55 mil: 269 mil en 1999 contra 324 mil en 2012. En el interior del país también hay esfuerzos significativos, incluso de mayor relevancia porcentual, como es el caso de chihuahua, donde la Universidad Autónoma en la capital creció en el ciclo agosto-diciembre del 2011 en 1 mil 747 espacios, un 37.13 por ciento adicional. Para 2012, en el mismo ciclo, la cifra de admitidos llego a siete mil en todas las facultades de la Universidad Autónoma de Chihuahua, un incremento en la matricula del 47 por ciento. Siete de las 15 Facultades que tiene la UACH, Ciencias Agrícolas y Forestales, Agro tecnológicas, Filosofía y Letras, Zootecnia y Ecología, Contaduría y Administración, Educación Física, y Economía Internacional aceptaron al 100 por ciento de aspirantes. Aceptar más alumnos no significa reducir la calidad de la educación ni adoptar sistemas institucionales de simulación. Es el reto de las instituciones, sobre todo del cuerpo académico. La acreditación de programas académicos forma parte del instrumento para evaluar continuamente el desempeño de los estudiantes y maestros. Aumentar la matricula, más bien es la ocasión que debe ofrecer el sistema educativo para romper el círculo vicioso de la ausencia de oportunidades para los jóvenes, en los mismos términos de competitividad y calidad, en un entorno social donde los valores se han roto y es necesario restañar heridas y generar opciones. Hoy más que nunca las calles están produciendo delincuentes. Por eso hay que arrancar a los jóvenes de esos espacios de vulnerabilidad. En ese compromiso debemos estar todos.