Columna de análisis crítico

lunes, 12 de octubre de 2009

Emprendedores

Las universidades públicas y privadas están obligadas a generar programas que impulsen el carácter emprendedor de los estudiantes.
No puede tratarse esta visión de un programa coyuntural o de moda. Debe convertirse en una actividad permanente, porque al final de cuentas en las manos de los estudiantes de hoy y profesionistas del mañana se encuentra el desarrollo del país.
El problema es que las instituciones de educación superior poco invierten, más allá de programas emergentes, en la generación e impulso del carácter emprendedor de los estudiantes.
El tema viene a colación porque la Universidad Autónoma de Chihuahua a través de contaduría y administración, celebró la sexta semana de emprendedores, donde se resaltó el drama que viven las empresas ante la ausencia de profesionistas que inyecten la dinámica de crecimiento y desarrollo que necesitamos.
Existe un círculo vicioso donde la iniciativa privada poco hace por recoger a los jóvenes profesionistas para colocarlos en posición de crear, y las instituciones de educación superior, víctimas de dicha dinámica, sucumben generando profesionistas empleados, que se desenvuelven en la medianía, desaprovechándose una gran fuerza creadora.
Por ese motivo es relevante el trabajo de la Universidad Autónoma de Chihuahua, que junto con otras instituciones educativas del país, por cierto contadas, proyectan programas para alentar a la juventud hacia el proceso creador.
Sin embargo, el esfuerzo de las instituciones y de un restringido ámbito del sector privado, es insuficiente, se requiere mayores apoyos, sobre todo del gobierno federal, que el próximo año contempla un ajuste importante y perjudicial a la educación superior.
Deben los legisladores, ante la insensibilidad federal, evitar una mayor afectación a las universidades e instituciones de educación superior, y, respetando la autonomía universitaria, procurar el cuidado para etiquetar recursos que impulsen la fase creativa de los ciento de miles de jóvenes que cursan este nivel educativo.
Es obvio que la formación emprendedora rebasa con mucho una simple clase en las aulas: se requieren asesorías especializadas y sobre todo créditos especiales, fuera de todo tinte demagógico.