Columna de análisis crítico

martes, 17 de junio de 2014

Información manipulada

Desde siempre se ha discutido la existencia de objetividad en la información transmitida por los medios de comunicación.
Se cuestiona, hasta donde los medios transmiten información verídica y apegada a los hechos. Aun mas, se critica de qué forma es manipulada, esa información, desde los encabezados, balazos, sumarios, pies de página y la misma redacción, de manera tendenciosa para favorecer o beneficiar.
Más aún, se discute la existencia de equilibrio en el manejo de la información, como un mecanismo plural que permita al usuario de los medios acceder a datos que posibiliten opinión critica de un hecho social.
Estos son cuestionamientos que lo mismo se hacen a la prensa escrita, como a los medios digitales o de radio y televisión, aunque probablemente, se acentúen en el caso de estos últimos, en virtud de que el uso de la radiodifusión deriva de una concesión del Estado, y por lo mismo, la manipulación encuentra asidero en una intención de control estatal de contenidos con ánimos de ejercer poder político y económico.
La nueva ley de radiodifusión, aún sin resolver en Cámara de Diputados, trata de garantizar en los contenidos de radio y televisión una distinción clara de la información noticiosa de la opinión de quien la presenta.
De esta manera, un conductor de noticias deberá dar lectura a la información construida con veracidad y si quiere dar su opinión acerca del tema, tendrá que encontrarse un mecanismo diferenciador, para que el auditorio distinga que se trata de su punto de vista.
Imaginemos al conductor que da lectura a una noticia cualquiera, bajo ese formato de genero periodístico, objetiva, con fuente, sin adjetivos atribuidos al redactor de la información. Luego el conductor hace un comentario calificando el hecho. Este último deberá ser distinguido como la opinión del conductor.
Existen dos posibilidades: que la noticia sea presentada con un locutor en off -o por el mismo periodista redactor o el reportero que recolecta información- o bien, que el conductor dé lectura a la información. Los procesos al interior de las salas de redacción se han hecho complejos. Muchas veces es una persona quien levanta el reporte directamente en el lugar de los hechos, alguien mas escribe, otra persona revisa y corrige estilo y alguien más prepara el guión del noticiario, y al final, es una persona distinta quien presenta el reporte al aire. Un proceso descuidado -o premeditadamente cuidado- de recolección de información, redacción, revisión y presentación, terminara con noticias subjetivas y manipuladas.
Tal vez será útil el mecanismo sugerido dentro de las derechos de la audiencia. Sin embargo, el problema de la manipulación de la información continuará si no se cuida el respeto irrestricto al genero noticioso.
La noticia requiere como elemento principal la objetividad, el apego al hecho, situación que se ha perdido con el paso del tiempo, no se diga con la incursión de medios digitales que en ocasiones rompen con el paradigma de los géneros periodísticos y caen en la redacción de escasas lineas de texto, muchas veces la opinión subjetiva del redactor.
Otro elemento fundamental en la noticia es el contraste. Un dato no puede ser comprendido en su magnitud si no tiene enfrente otro dato de comparación. Me parece que este elemento tambien es crucial al momento de presentar información, independientemente del apego al hecho noticioso y su presentación por parte del conductor o presentador de noticias.
Al final, la nueva herramienta que obliga distinción en las opiniones subjetivas de conductores o presentadores de noticias es un elemento novedoso. Corresponderá al mismo auditorio propiciar y vigilar su cumplimiento, ya sea a través del mecanismo de queja vía el defensor de audiencia o bien a través del mejor mecanismo: cambiar de sintonía o apagar el aparato transmisor para demostrar inconformidad por la manipulación de contenido.