Columna de análisis crítico

martes, 19 de abril de 2016

La libertad


"El Colegio de Médicos de Chihuahua, presidido por el Dr. Luis Javier García, convocó a los candidatos a gobernador para discutir temas de salud, con gran éxito: Jaime Beltrán, Enrique Serrano, Cruz Perez, Javier Felix y Javier Corral, acudieron y firmaron compromisos. Un evento de innegable relevancia que fortalece la cultura democrática. Felicidades"

Se discuten continuamente los limites de la libertad. Mas aún, se cuestiona si es necesario que la libertad  tenga un límite.

No es un tema sencillo. La libertad sin límites se convierte en anarquía, una ausencia de orden, que hace imposible la vida en sociedad; la libertad con límites permite que en cualquier momento se acuda a éstos con el fin de proteger a las clases gobernantes del sector público y privado, dejando inerme a la gran masa social.

Se requiere entonces un justo medio, la auto-gobernabilidad de la libertad, donde cada individuo, por el uso de la razón, el sentido común o la misma moral pública -reglas no escritas que la comunidad acepta como válidas y obligatorias- se detiene cuando esta a punto de lesionar la esfera jurídica de otra persona o de la sociedad misma; ideal, que desafortunadamente, en sociedades tan complejas, se convierte en un espejismo, que cobija, de la misma forma que la libertad con o sin limites, abusos en contra del individuo o de la colectividad.

¿Que hacer entonces para encontrar la respuesta? Es complejo. Actualmente se opta por un sistema multi-normativo, donde coexisten normas sociales, religiosas, eticas y jurídicas, haciendo un sistema, que procura la supervivencia y la convivencia social.

Las normas sociales se construyen desde la esfera colectiva, en un momento y contexto determinado. Los individuos están convencidos de que los usos y costumbres que practican les permiten vivir en convivencia. Su aplicación carece de una coerción física efectiva. Cuando ésta falla, toca el turno a la norma jurídica, la cual deberá hacer uso de la fuerza del estado para hacer prevalecer la conducta jurídica deseada, prohibiendo y sancionando las que se aparten de dicho camino.

Antes que ello, se acude a la norma religiosa, inculcada bajo un credo o creencia, y si aún falla ésta, nos queda la ética, cancerbero interior de cada individuo que resguarda el recto actuar desde la actividad práctica que cada quien desempeña.

Es cierto que la sociedad esta en crisis. No es de ahora. La sociedad, por su caracter mutable, continuamente se coloca en crisis, porque momento a momento es puesta a prueba, por la sucesión de conductas innovadoras que se le presentan: las normas, cualquiera que sea su naturaleza, son avasalladas, ya sea las de caracter autónomo o heteronomo: no hay norma que contenga la comisión de conductas antisociales, antiéticas, antijuridicas o antireligiosas.

Ellas, juntas, tratan de proveer la subsistencia del sistema social, o aldea humana. Conservadoras por naturaleza, las normas van modificandose, tratando de controlar al hombre, ora tienen éxito, ora fracasan, porque el mismo sistema les ha jugado una treta: al sacar de las familias o de las escuelas el acervo de enseñanzas religiosas, morales, y éticas, desde los primeros años de escuela, han abandonado a los futuros ciudadanos a la ley de la selva, donde la innovación para salvar los escollos de la norma se convierte en el deporte favorito: acortar distancias y esfuerzos es la meta.

El alumno que copia para pasar un examen: el maestro que no da clases: el médico que no asume su función para preservar la salud: el periodista superficial y acritico: el político que roba: el oficial de tránsito que hace su función preventiva una acción persecutora y recaudadora.

La sociedad, entonces, esta en crisis. Y no es responsabilidad solo del Estado rescatarla. Si, es cierto, tiene una gran parte de la obligación, pero no toda. La responsabilidad esta en cada uno de nosotros. En modificar nuestro actuar.

Luego tocará al Estado retornar los valores cívicos y de moral social a las aulas. Que no se condene a las nuevas generaciones a un automatismo productivo que los desprovee de conciencia humanistica y corresponsabilidad ética. Creo, sin duda, que en la educación esta la respuesta.

http://robertopinon.blogspot.mx