El Primer Informe de Gobierno de César Duarte Jáquez en Chihuahua se significó no solo por la relación de avances significativos en materia de seguridad, educación, salud e infraestructura, sino por el mensaje de fortaleza política que otorga una nutrida y plural presencia de figuras nacionales que incluyó al exgobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, el espaldarazo de una política de concertación con la federación con la asistencia del secretario de Hacienda, José Antonio Meade y el cumplimiento del protocolo democrático de escuchar en sus discursos a las fuerzas partidistas representadas en el Congreso Local.
Además, por la reiteración al gobierno federal –en voz del gobernador- de la urgencia que existe para que el Estado de Chihuahua reciba un trato fiscal de excepción, particularmente Juárez por la violencia, para incentivar la atracción de inversión, y con ella el empleo; la regularización de los automóviles de procedencia extranjera, que se transforman en un problema de tipo social que rebota en la seguridad, y las acciones inmediatas para rescatar el campo chihuahuense que, debido a los fenómenos climatológicos, requiere de apoyos excepcionales para evitar el colapso.
En los logros, el gobernador destacó la reducción del cincuenta por ciento en la incidencia delictiva, la resolución del 100 por ciento de los secuestros, la recuperación de ocho mil vehículos robados, 500 mil acciones de asistencia social a comunidades marginadas, la entrega de 605 mil paquetes de útiles escolares, cobertura universal en educación superior y en salud, 10 nuevos planteles de Bachilleres, 36 acciones de infraestructura en salud, más de dos millones de acciones de atención a la salud en hospitales de Gobierno del Estado, 25 mil viviendas a población indígena, entre otros.
La asistencia al informe de 14 gobernadores, entre ellos Eruviel Avila del Estado de México, Mario López Valdez de Sinaloa y Rafael Moreno Valle de Puebla, llamaron poderosamente la atención, sobre todo estos dos últimos, por su signo partidista; no fueron los únicos sobre los cuales hubo reflectores, destacan Beatriz Paredes, Humberto Moreira, Joel Ayala y Emilio Gamboa, así como la clase política, religiosa y social a nivel local, en un nutrido y plural contingente de más de quince mil personas.
El protocolo democrático y de rendición de cuentas de escuchar a las fuerzas político partidistas en el Congreso del Estado envía a la sociedad un mensaje de apertura y tolerancia a la crítica responsable, con el reconocimiento del jefe del ejecutivo a la ayuda de los poderes Legislativo y Judicial en la conformación del nuevo marco jurídico para enfrentar diversos retos, entre ellos el de la seguridad.
Presidencia de la república encomendó al secretario de Hacienda la presencia en el informe, con una instrucción de acompañar al gobernador César Duarte en las dos ceremonias, la del protocolo flanqueando al mandatario en la tribuna del Congreso como invitado especial, y en el evento público, con un discurso de reconocimiento de avances, esfuerzos y colaboración de Chihuahua.
José Antonio Meade se llevó tarea al centro del país: en el apunte se encuentra el apartado fiscal, la regularización de automotores y la ayuda urgente al campo chihuahuense, en una solicitud legítima de los chihuahuenses, donde subyace una situación excepcional e inédita de violencia que requiere no solo el reconocimiento Federal, sino de la inyección de recursos y política públicas, fuera de discursos y la necesaria –pero elemental- presencia policíaca.