Columna de análisis crítico

lunes, 15 de octubre de 2012

UACJ: el rostro de la frontera

Las instituciones de educación superior constituyen una de las expresiones auténticas del desarrollo de los pueblos. Difícilmente una comunidad puede sentirse avanzada si carece de una universidad, el espacio de expresión y adquisición del conocimiento: creadora de los profesionistas que orientan el crecimiento y consolidación de valores y oportunidades. Crisol ideológico, punta de lanza en la discusión de los temas torales, la universidad debe acariciarse como un foro emblemático, ágora moderno, que no admite exclusiones e intolerancias. Si a estas virtudes universitarias agregamos la excelencia académica, fruto del esfuerzo de los últimos años, es evidente que la institución educativa se convierte en la clave para el desarrollo comunitario. Es decir, como apunta Héctor Murguia, alcalde juarense, la Universidad resume los valores del pueblo No es casualidad que en chihuahua, particularmente en Juárez se hablé así de la Universidad. El Subsecretario federal de educación, Tuiran, lo reconoce: chihuahua es importante enclave cultural, una de las diez entidades con mayor desarrollo educativo, basados en una transición democrática y tolerante, donde debe destacarse la formación de valores. El alto funcionario federal se refiere a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez: la número 277 en Iberoamérica, la 27 a nivel nacional en investigación, la 199 en América Latina. Se trata de la toma de protesta del rector Ricardo Duarte Jaquez, acerca del cual el gobernador platica una anécdota, cuando él de17 y Ricardo de 24, le dio un "aventon" a este último en su primer día de clases, hace treinta años. El jefe del ejecutivo aclara: "no hay quinto malo". Ricardo es el quinto hijo. Y agrega, de cara a la sociedad juarense, en un teatro "Rascón Banda" totalmente lleno: Hombre honorable, honesto de valores, que merece haber llegado a donde llego y -sobre todo- que ustedes lo hayan decidido, refiriéndose al Consejo Universitario del alma mater juarense. Sincero, el gobernador Cesar Duarte apunta : "No me es fácil que la relación familiar nos haya llevado a esta situación", expresiones que arrancaron los aplausos de la concurrencia. Y acota: la Universidad Autonoma de Ciudad Juarez tendrá mi respaldo. "Respeto absoluto a la autonomía de la universidad, seré respetuoso de las decisiones y los planteamientos que se ofrezcan". De entrada le pidió al subsecretario su gestión para obtener noventa millones para el desarrollo de infraestructura de la Universidad. Dice el gobernador, y lo dice bien, el estigma de Juarez debe ser la Universidad. Esa es la imagen que chihuahua debe vender. El estigma de juarez no debe ser más la violencia inusitada que agobia a las familias, ahuyenta inversiones y genera pobreza, en un círculo vicioso que por sí mismo se convierte en criminal. Juárez, ciudad, debe adoptar la imagen fuerte, pujante y esperanzadora del pensamiento universitario.