Columna de análisis crítico

miércoles, 7 de octubre de 2009

Una institución que proteger

México es un país de instituciones. Probablemente esa es una de las principales aportaciones del PRI a la construcción del Estado Moderno.
La Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Banco de México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre otras instituciones, representan un baluarte para el desarrollo de la Nación.
Igual podemos decir de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, institución moderna, fruto de la transición a la democracia, momento álgido de los noventas, cuando la pasión creadora de legisladores de distintos partidos generó un organismo moderno, con características autónomas e independientes, para equilibrar el poder en el país y generar un dique a los abusos desde la autoridad.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha intervenido en asuntos relevantes para la historia nacional, aguas blancas, pederastia, inmigrantes, libertad de expresión, todos ellos con nombres y apellidos, en una decidida vocación garantista desde la visión de José Luis Soberanes, quien logró salvaguardar la institución de los intereses partidistas, incluso concediendo equivocaciones que al final de cuentas pasan desapercibidas frente a las innumerables acciones correctas y de salvaguarda a derechos elementales, consustanciales a la categoría de seres humanos.
La institución esta por atravesar una de las principales pruebas de fuego, con la decisión del Senado acerca de la sucesión, y los innumerables intereses políticos en juego. Muchos son los rostros que han alzado la mano para ser considerados. El problema es que no todos garantizan la continuidad del proyecto garantista.
La esperanza es que los integrantes de la cámara alta tomen la decisión correcta.
Desde la visión del periodismo organizado, hay una rendija hacia la construcción de una comisión de derechos humanos más solida. La experiencia es factor fundamental.
Este es uno de los principales elementos que se deben tomar en cuenta. En este sentido la intervención de Mauricio Farah, como quinto visitador, responsable del área de protección a periodistas, ha sido destacada.
Existe durante los últimos años una labor destacada de compromiso por la defensa de la libertad de expresión, principalmente –y hay que reconocerlo- por la intervención de Mauricio.
Esperamos que en ese sentido sea la decisión del senado.
Una decisión en contrario podría representar un retroceso. Ojalá no ocurra y que la comisión de derechos humanos continúe fortaleciéndose.