Columna de análisis crítico

lunes, 1 de julio de 2024

Tiene visos de Golpe de Estado

Quedarán con esta reforma planteada de manera populista, concentrados los poderes de la unión en una sola persona, Andrés Manuel López Obrador, y posteriormente en Claudia Sheinbaum.

Existe un derecho jurídico a la inamovilidad de los ministros, magistrados y jueces, del ámbito federal y local, en la constitución vigente, en sus leyes y en los tratados internacionales de los que México es parte.

Destituir a estos funcionarios judiciales, es atentar de manera grave en contra de la estabilidad de uno de los poderes fundamentales del estado mexicano, que es el Poder Judicial Federal y sus correlativos estatales.

Es la reforma judicial pretendida por Morena, a propuesta de Andrés Manuel López Obrador, verdadero golpe de estado, porque corta la cabeza a los servidores públicos que sirven de contrapeso al poder del Ejecutivo Federal.

Mediante un fraude a la ley, los senadores y diputados de Morena y sus partidos satélites, pretenden reformar la constitución que nos rige desde 1917, para que en su lugar prevalezca el capricho de una elección popular que en nada resuelve los problemas existentes en la impartición de justicia.

No es cambiando a los servidores públicos como se resolverá la corrupción acusada, ni la tardanza en los procedimientos, ni la injusticia a los que menos tienen y que no pueden acceder por sus costos a un juicio de amparo, sino realizando profundo estudio y planteando soluciones.

López Obrador y sus aplaudidores en el senado y la cámara de diputados, no ofrecen diagnostico alguno, ni soluciones a los problemas demagógicamente enunciados con voz estertórea y salvadora de la nación; por el contrario, se envuelven en la bandera de primero los pobres, para traicionar a éstos, que quedarán inermes ante la fuerza del Estado, que tendrá en sus manos al poder legislativo, ejecutivo y judicial.

Quedarán con esta reforma planteada de manera populista, concentrados los poderes de la unión en una sola persona, Andrés Manuel López Obrador, y posteriormente en Claudia Sheinbaum, moderna versión de Su Alteza Serenísima, Supremo Poder Conservador.

Los foros como el realizado en la Cámara de Diputados o el efectuado en la Universidad de Guadalajara, son mera simulación, mediante la cual el gobierno centralista está sepultando el más importante contrapeso a la arbitrariedad de la concentración de poder.

Allá en el auditorio principal de la UdeG, los aplausos fueron el sello de un Golpe de Estado, con el cual está sepultándose el legado de Ignacio L. Vallarta o Crescencio Rejón, que deben estarse revolviendo en sus tumbas al ver lo que están haciendo los morenistas con el legado histórico del Amparo y la independencia del Poder Judicial, quebrantada y pisoteada por un gobierno populista, al que solo le falta agregar la hoz y el martillo al emblema.