"Reconocimiento al Foro de Periodistas de Chihuahua, que hoy 12 de octubre entrega el Premio Estatal de Periodismo, partícularmente por el esfuerzo de organización desplegado por su Presidente el colega Angel Zubia. Felicidades a todos los ganadores que hoy recibirán la tradicional medalla José Vasconcelos"
Resulta por demás interesante el intento por sustituir a los medios tradicionales de comunicación como intermediarios con la sociedad, por medio del internet y particularmente las redes sociales.
Es atractiva la idea, no cabe duda.
Sin embargo, los medios tradicionales y los modernos se complementan; no transitan por vías encontradas. La evolución tecnológica ha permitido a los medios de comunicación masiva perfeccionarse y adaptarse a las nuevas condiciones.
La prensa escrita evoluciona al reducir costos, mejorar la calidad de su impresión y fortalecer su nicho de mercado. Es cierto que enfrenta dificultades con la circulación, pero la complementa con su incursión en internet, ampliando su potencial mercadológico. Es decir, se complementa y potencia con el auxilio de redes sociales: deberá, indefectiblemente, por supervivencia, evolucionar hacia el nicho publicitario en internet.
Lo mismo pasa con la radio y la televisión: ambos medios tradicionales se transmiten en vivo por internet y aprovechan las redes sociales para ampliar mercados de audiencia e incluso como referente crítico de contenidos y programación.
Los periódicos, la misma radio y la televisión, tienen como ventaja la profundidad de contenidos, riqueza de géneros periodísticos, acerca de hechos noticiosos recientes: material preparado por profesionales de la comunicación, que han procesado los datos en auxilio del lector, radioescucha o televidente.
En cambio las redes sociales y contenidos en internet -salvo excepciones como los blog o páginas de profesionales de la comunicación- son presentados sin filtro, opiniones personales por millar que tienen como ventaja su cercanía directa entre emisor y receptor, sin intermediarios, pero que también tiene desventajas: hay múltiples participantes, todos ellos desconocidos entre sí -conocidos coyunturales- que comparten opiniones en unos cuantos golpes de tecla, por lo regular a priori, motivados por el estado anímico del momento.
La prensa, la radio y la televisión tienen una estructura compleja de producción de contenidos, equipo y personal: ha desarrollado una técnica para entretenimiento e información, que ha hecho del internet un simple medio de transmisión de dichos contenidos, de lograr una mayor propagación y penetración en diversos mercados de audiencia.
Es cierto, la gran ventaja inicial del internet es su democratización y pluralidad totalmente abierta, sin cortapisa alguna. Al estar libre de reglas oficiales -con excepciones como la electoral- es un nicho virgen de producción de contenidos multimedia, con amplios márgenes de ganancia aún con producciones elementales que tienen una amplia audiencia entre jóvenes.
La prensa, la radio y la televisión no son los únicas que comprenden la necesaria complementariedad con el internet: las mismas redes sociales así lo entienden: existen youtubers que han encontrado una catapulta a la expansión de visitas en virtud de alianza con medios tradicionales, incluso publicidad alternativa como espectaculares.
Los especialistas en redes sociales entienden con mucha agudeza que el internet universal por el momento no es posible por razones financieras, y que una de las desigualdades de la modernidad es la ausencia de acceso a la red mundial y el analfabetismo funcional correspondiente, por ello no tienen empacho alguno en ampliar sus expectativas con el uso de medios tradicionales, para captar audiencia.
Por todo ello, sustituir a la prensa escrita, radio y televisión por redes sociales e internet puede resultar atractivo, pero no es funcional. Como discurso se escucha revolucionario y postmodernista, pero no es una buena decisión comunicativa.
Debe buscarse la complementariedad. Una acertada mezcla de marketing, aprovechando el abanico de posibilidades mediáticas para cubrir la mayor parte del auditorio, en su gran diversidad y preferencias, para hacer llegar el mensaje adecuado, por un lado, y por otro, cumplir con el apartado de rendición de cuentas y exposición mediática a la crítica de profesionales, apartado donde los medios tradicionales cumplen una importante función.
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