Columna de análisis crítico

martes, 1 de abril de 2014

Sobreregulación mediática

Las reformas constitucionales en materia de libertad de expresión y uso de medios de comunicación masiva, vigentes apenas desde mediados del mes de febrero pasado, representan una sobreregulación en el tema que lo convertirá en un auténtico dolor de cabeza, no solo para las salas regionales y la Sala Superior del Tribunal Electoral, sino para los mismos actores, y por supuesto, la representación de los medios de comunicación, que recibirán una andanada de presiones que limitarán el derecho a la información y la critica del actuar político electoral. El termino sobreregulación lo escuche la semana pasada del Doctor Salvador Nava, magistrado de la Sala Superior del Trife, quien -en su calidad de catedrático y en un evento académico auspiciado por el Tribunal Estatal Electoral- llama la atención por la decisión antiliberal de sancionar la cobertura informativa. Y es que resulta verdaderamente complicado demostrar con pruebas y no los simples alegatos apoyados con un audio o un video, para acreditar esa compra ilegal. Entiendo que podrán acompañarse depósitos bancarios, estados de cuenta, vídeos de transacciones -tipo el señor de las ligas-, diversas probanzas complejas, que meten en un verdadero brete al partido actor o denunciante, para acreditar dicho intercambio de dinero por cobertura informativa. La intención de probar el hecho llevara a la comision de fiscalización del Instituto Nacional de Elecciones a solicitar informes a las instituciones bancarias y -por que no- a los mismos medios de comunicación acerca de sus transacciones y operaciones, justificando sus ingresos obtenidos de partidos o terceros, y su vinculación con mayor o menor tiempo de exposición de candidatos. Es cierto. El sistema de control de propaganda de partidos, candidatos e instituciones del sector público es complejo en su operación y control. Coincido con el Dr. Nava, lo idóneo seria prohibir la propaganda en medios masivos de comunicación o permitirla sin cortapisas. Sin embargo, la primer opción me parece un grave retroceso en la posibilidad democrática de la critica que permite evaluar personas y propuestas en el ámbito político-electoral, y que exige el mismo derecho a la información tutelado constitucionalmente. El uso del marketing electoral es un instrumento de pelea por la intención del voto. Los candidatos deben echar mano de su eficiencia en esta materia para presentarse frente al elector, desde su manejo en un programa de revista cocinando hasta una mesa panel de discusión acerca de un tema sentado junto a diversos analistas. ¿Por que no?, en una entrevista con Joaquín López Doriga o Carmen Aristegui. Esto tiene que ver con logística de relaciones públicas y planeación de contenidos, entre otros aspectos. ¿Que los grandes medios de comunicación tienen intereses económicos y por ese motivo apoyan a un partido y sus candidatos?. Es probable. Pero el mecanismo de control no es la persecución financiera y de contenidos. Es el ejercicio responsable de todos los actores, desde quienes realizan la política, el auditorio hasta los mismos comunicadores. Aquí el arbitro jugará un papel importante a través del monitoreo de equidad en contenidos. Incluso, desde el punto de vista financiero, se han roto los candados, y en la materia, ya no existe secreto. El periodista también jugará un papel relevante desde una posición ética de equilibrio y derecho de réplica. Independientemente de su forma de pensar el periodista sabe que acude a un auditorio plural, y que por tal motivo debe buscar ofrecer información que aglutine los diversos puntos de vista y ofrezca información que genere critica. Poner en la palestra a los medios de comunicación -radio y televisión- como propiciadores de la compra-venta ilegal de espacios informativos, lleva a una posición de desconfiar de todos los contenidos. Luego si un candidato se presenta de tal o cual forma, ya resulta un teatro con fines de persuasión electoral. Había cuestionario de por medio, preguntas y respuestas preparadas con anticipación. La reforma constitucional ahonda una visión de desconfianza, de colocar candados sobre candados, vigilar al vigilante. Si los medios de comunicación resultaban un cuarto poder regulador de los excesos del Estado, hoy son un simple instrumento de propaganda con fines estructurales de poder. Es un sistema costoso e inoperante. ¿Funcional? No lo sé. Perseguir a los medios de comunicación por medio de la sobreregulación en el control de contenidos no parece ser una adecuada ruta democrática. EN EL TABLERO...La conferencia del magistrado electoral Salvador Olimpo Nava Corral convocó a la clase política...Destacaron José Miguel Salcido Romero, magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia así como Mario Trevizo Salazar, Consejero Jurídico del Estado...El evento sirvió para que la magistrada Roxana García presentará la colección jurídica Quid Iuris en su modalidad digital, por medio de la cual, se puede acceder al contenido a través de los dispositivos móviles de Apple...Atinada la selección del ponente y de llamar positivamente la atención el avance en la socialización tecnológica de los artículos especializados en derecho electoral por parte del presidente del tribunal Erick Muñoz Lozano...