El ejecutivo federal envió el presupuesto de egresos a la Cámara de Diputados con una reducción de una cuarta parte al recurso ejercido en 2009.
La reducción planteada es por el orden de los tres mil millones de pesos. Es obvio que muchos proyectos y programas se verán afectados, dentro de ellos, los que tienen que ver con la cultura.
Se anticipa que el daño ocurrirá en el desarrollo artístico en todas sus manifestaciones, investigación y difusión el patrimonio arqueológico, arquitectónico y artístico, producción cinematográfica y divulgación cultural a través de radio y televisión.
El problema no se detiene ahí. Una reducción sustancial en el presupuesto destinado a cultura, afectaría la construcción de museos, bibliotecas, centros culturales y otros espacios de esta naturaleza; los artistas y creadores contarían con menos apoyos para el desarrollo de proyectos (libros, exposiciones, montajes, producciones, circuitos, presentaciones); de igual forma, algunos programas de animación cultural como festivales, ferias de libros, jornadas culturales y encuentros, reducirían su cobertura y alcance.
Esta reducción planteada es insostenible, ya que en estos momentos en que hay que restañar el tejido social resulta de primera importancia. La cultura, en estos momentos, es capacidad para resistir por la fuerza que genera a favor de la identidad y el reconocimiento de nuestras tradiciones y patrimonio. La cultura es el mejor antídoto contra la intolerancia y la mejor alternativa para fomentar la creatividad, el respeto a la diversidad y la construcción de comunidad ante los problemas de inseguridad.
La propuesta de reducción tendrá que ser analizada en comisiones, particularmente la de cultura, que al igual que el resto, aún carece de definición en sus titulares.
En este sentido hay un bloque de estados que analizan con preocupación dicho nombramiento. Por lo pronto, Chihuahua, con Carlos Carrera, Yucatán, Oaxaca, Puebla y Estado de México se reunieron con el diputado federal Armando Báez Pinal, quien representa una de las opciones más firmes para defender el proyecto cultural, en principio, del afán reduccionista del presidente Calderón.
La cultura y la educación merecen un trato distinto. Ojala haya una reconsideración desde la Cámara de Diputados y la designación del titular de la comisión sea afortunada y no de mero trámite.
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