El Presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación en Tabasco, José Guadalupe Leal no alcanza a ver los beneficios del cambio de horario en los recibos de electricidad que paga él o sus socios.
“El gobierno dice que hay ahorros, pero nosotros no lo hemos detectado así”, declaró recientemente a un diario digital.
Es que el gobierno federal presume que en 2011 se generó un ahorro económico de mil 35 millones de pesos, al evitarse un consumo adicional de 988 Gigawatts/hora, que equivale a la quema de 40 millones de barriles de petróleo, dejándose de emitir 24.32 millones de lámparas ahorradoras.
Es cierto, probablemente el principal beneficio sea el ecológico, porque la estadística de venta de energía no representa mayores variaciones, de acuerdo a la información que la Secretaría de Energía tiene en su página electrónica.
Las únicas variaciones de consumo histórico a la baja en los últimos años se reflejan en los clientes del sector comercio, específicamente en 2009 (-1.7) y 2010 (-3.2); en servicios en 2010 (-1.0); el sector agrícola con variaciones a la baja en 2000 (-1.2), 2001 (-5.5), 2003 (-4.0), 2004 (-5.0), 2006 (-1.3), 2007 (-2.0) y 2010 (-7.5); la empresa mediana, tiene impacto en 2009 (-2.1) y la gran industria, que se dice es la principal beneficiada, 2001 (-4.4), 2003 (-4.6), 2008 (-0.7) y 2009 (-9.7).
Por supuesto, las cifras en el sector comercio y en el sector agrícola deben verse con reservas, toda vez que más que un impacto real de ahorro de energía, podríamos encontrarnos con una desaceleración de crecimiento en dichas ramas debido al estancamiento económico.
La sorpresa de las cifras sin duda es el impacto benéfico del cambio de horario en la empresa mediana, que solo tiene resultados positivos en 2009, hace tres años, mientras que en 2010 es a la alza (3.5) igual que en 2011 (4.9).
Incluso el consumo en la gran industria creció en los últimos dos años, de manera acumulada en un 10.6 por ciento (2010,2.9; 2011, 7.7).
Es obvio que si el presidente de Canacintra en Tabasco no observa los beneficios, el ciudadano común tampoco.
El consumo domestico se ha elevado desde el 2000 a la fecha. El pico más alto de crecimiento ocurre precisamente en ese año (8.3), 2001 (6.1), 2005 (4.4), 2006 (4.5) y 2011, en cifras preliminares, en 6.3 por ciento.
Por eso las amas de casa no resienten el ahorro con el cambio de horario. La verdad es que no existe en este nivel de consumo.
Para 2012 las cifras no varían. Al mes de enero el consumo de energía domestico tiene una variación positiva de 1.2, el comercial de 2.6, los servicios 2.7, la empresa mediana 5.2, la gran industria 8.5, haciendo un promedio de aumento de consumo de energía de 4.4.
Tiene razón Guadalupe Leal, habría que revisar seriamente el cambio de horario para ver si realmente existen beneficios económicos. Las cifras dicen otra cosa.
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