martes, 23 de julio de 2013
¿Requisa aérea?
La industria aeroportuaria nacional es un detonante del desarrollo.
En el país existen 99 puertos aéreos, de los cuales 32 son nacionales, dos regionales y 65 internacionales.
Aeromexico, la principal compañía tras la quiebra de Mexicana, movió en 2008 cerca de cinco millones de pasajeros en vuelos nacionales y más de dos millones en vuelos internacionales.
El Aeropuerto de la Ciudad de México, el mas importarte en el país, moviliza al año 32 millones de pasajeros y transporta unas 400 mil toneladas en mercancías. Estamos hablando de una infraestructura compuesta por 330 mil metros cuadrados.
En chihuahua, el puerto aéreo, por supuesto mas pequeño, mueve unas ochocientas mil personas al año. Cuenta con tres pistas, una de poco más de mil metros y dos de dos mil.
Los puertos aéreos, concesiones del sector público federal, generan ganancias millonarias a las empresas aéreas, y por supuesto, a quienes usufructúan la infraestructura. A nivel mundial la Asociación Internacional de Transporte Aéreo reporto ganancias por 12.7 billones de dólares para 2012.
Es lógico que la industria aérea contribuya con el desarrollo de las ciudades donde se encuentran localizadas, ya que gozan de las condiciones de infraestructura urbana, servicios y seguridad.
Sin embargo no es así.
La ciudad de chihuahua, por poner ejemplo, sostiene un añejo litigio con los concesionarios del aeropuerto, que se niegan a paga impuesto predial.
El impuesto predial es una contribución municipal por disposición constitucional. La leyes federales no pueden exceptuar a ningún contribuyente.
Sin embargo, el concesionario se ha negado rotundamente a contribuir con los impuestos que le permitan a la ciudad seguir brindando servicios.
No sólo eso. El concesionario del aeropuerto de chihuahua realizo recientemente remodelaciones mayores que fueron una de las causas que provocaron las inundaciones que incomunicaron a chihuahua durante 36 horas.
El concesionario del aeropuerto, de acuerdo a la ley federal en la materia, se encuentra obligado a presentar un plan quinquenal de infraestructura y obras o bien, a solicitar autorización a la Secretaria de Comunicaciones para realizar obras no incluidas en dicha planeación.
Además, el concesionario debe interactuar con la comunidad a través de una comisión consultiva.
Al parecer la ley es letra muerta.
Más de mil quinientos pasajeros quedaron a la deriva. Las líneas aéreas responsabilizaron al clima. Lo mismo hizo el concesionario. Nadie le respondió a esas personas que quedaron varadas en chihuahua y en el resto de los aeropuertos que conectan con esta ciudad.
Tiene razón el gobernador de chihuahua, César Duarte. Debe revisarse la concesión, llegar a la intervención o porque no, a la requisa, en función del bien público ante la irresponsabilidad del concesionario en el natural y obvio compromiso con la comunidad de chihuahua.
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