Columna de análisis crítico

jueves, 29 de octubre de 2015

La muerte inmediata de la noticia


La sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes es el escenario en el que se festeja un aniversario más de la Revista Proyección Económica, que el lunes estuvo de manteles largos. Felicidades al colega, Raúl Gómez Espinosa, por las personalidades que lo acompañaron y fueron reconocidos por su aportación a la libre expresión de las ideas.

Se discute acerca del derecho de autor en materia de medios de comunicación, que su aplicación estricta vulnera el derecho a la información. Estoy de acuerdo. Creo que las excepciones a esa ley deben permitir la máxima divulgación de los trabajos periodísticos por aquellos medio carecen de la autoría, pero que tienen nichos de audiencia que tienen el derecho de acceder a esa información, bajo una óptica de apertura, transparencia y rendición de cuentas.
Bajo la visión estricta ningún medio podría comunicar hechos trascendidos o publicados por otro. Estaríamos frente a realidades aisladas: cada medio de comunicación construye su realidad -o la interpretación de la misma- para su auditorio.
Los medios de comunicación serían celosos guardianes del contenido de la información, construida bajo una línea editorial expresamente ceñida a sus intereses. Ninguna otra información, que la que surja de sus redacciones, de sus reporteros, de sus ordenes de información, con base en sus temas estrictos y exclusivos, podría ocupar sus ondas gertzianas, pantallas o planas.
Estaríamos frente a una visión corta del periodismo, sin tomar en cuenta que los medios de comunicación son actores públicos, de carácter social, económico e incluso político. Por ello, sus informaciones, ya publicadas, adquieren un matiz público, son de uso público, y por ese motivo, deben ser sometidas al análisis, discusión, seguimiento, profundización, por parte de todos los demás actores, incluidos los restantes mass media.
Es cierto, la divulgación por otros medios de comunicación debe ser fragmentaria, es decir, no estamos frente a la reproducción textual o extensa de la información, en los mismos términos en que fue divulgada primigeniamente: debe cumplirse con el requisito del crédito.
Esa divulgación del hecho noticioso provoca un análisis enriquecido, bajo la óptica de una nueva visión crítica, plural, con un nuevo enfoque derivado de la múltiple y diversa línea editorial periodística de cada medio. Esta es una gran riqueza para el análisis informativo. Nutre de mayores elementos al auditorio, y por supuesto, a la opinión pública, que tiene nuevas variables para conformar su opinión.
Estamos, por ejemplo, por el hallazgo periodístico de la casa Blanca o la de Malinalco, donde se evidencian posibles abusos de poder. La noticia es producto de una investigación periodística de varios meses y que es detonada en el antiguo espacio de Carmen Aristegui.
No hubo medio de comunicación en el país que no le diera seguimiento. El análisis fue de todo tipo y la discusión enriquecedora y aleccionadora: no es suficiente cumplir con el apartado legal en la operación de la función pública y en la actuación de los servidores públicos, sino que es necesario acudir a la legitimidad de los actos, una aplicación de valores de la moral pública que libere de cualquier suspicacia sobre actos de corrupción.
El funcionario público no solo debe manejarse honestamente, sino que su manejo debe ser tal que tengamos la imagen de una actuación honesta. Las explicaciones posteriores solo tratan de encubrir lo que no es posible ocultar, un posible tráfico de influencias, oculto magistralmente bajo la norma, por medio de un procedimiento impecable desde el punto de vista jurídico.
Es decir, la discusión es en la actualidad -como tal vez siempre ha ocurrido- el ser no es suficiente. Ocupar posiciones de poder público, privado o social, no otorga legitimidad: otorga poder de facto, pero no legitima la actuación del personaje. El periodismo busca no solo verificar el cumplimiento del espectro jurídico formal, sino va más allá, su censura es de moral pública, de aplicación del deber ser: de la verificación del cumplimiento de valores en el actuar.
En ese caminar de construcción del periodismo, el seguimiento de la información socialmente útil es vital. Por ello creo que los medios de comunicación al generar información, aún y cuando pudiera ser exclusiva, debe ser seguida por el resto de los medios, para propiciar una prolongación de la discusión y evitar, a toda costa, la irremediable muerte inmediata de la noticia.
En este sentido, la aplicación a corta pisa de un derecho de autor eliminaría cualquier posibilidad de difusión de la noticia socialmente útil. Por ello creo que las mismas excepciones que la ley contempla son alicientes para la máxima divulgación, análisis y seguimiento de las noticias periodísticas divulgadas por cualquier mass media, la radio, la televisión, los periódicos o los diarios digitales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario