Quedarán con esta reforma planteada de manera populista, concentrados los poderes de la unión en una sola persona, Andrés Manuel López Obrador, y posteriormente en Claudia Sheinbaum.
Existe un derecho jurídico a la inamovilidad de los ministros, magistrados y jueces, del ámbito federal y local, en la constitución vigente, en sus leyes y en los tratados internacionales de los que México es parte.
Destituir a estos funcionarios judiciales, es atentar de
manera grave en contra de la estabilidad de uno de los poderes fundamentales
del estado mexicano, que es el Poder Judicial Federal y sus correlativos
estatales.
Es la reforma judicial pretendida por Morena, a propuesta de
Andrés Manuel López Obrador, verdadero golpe de estado, porque corta la cabeza
a los servidores públicos que sirven de contrapeso al poder del Ejecutivo
Federal.
Mediante un fraude a la ley, los senadores y diputados de Morena
y sus partidos satélites, pretenden reformar la constitución que nos rige desde
1917, para que en su lugar prevalezca el capricho de una elección popular que
en nada resuelve los problemas existentes en la impartición de justicia.
No es cambiando a los servidores públicos como se resolverá
la corrupción acusada, ni la tardanza en los procedimientos, ni la injusticia a
los que menos tienen y que no pueden acceder por sus costos a un juicio de
amparo, sino realizando profundo estudio y planteando soluciones.
López Obrador y sus aplaudidores en el senado y la cámara de
diputados, no ofrecen diagnostico alguno, ni soluciones a los problemas demagógicamente
enunciados con voz estertórea y salvadora de la nación; por el contrario, se
envuelven en la bandera de primero los pobres, para traicionar a éstos, que
quedarán inermes ante la fuerza del Estado, que tendrá en sus manos al poder
legislativo, ejecutivo y judicial.
Quedarán con esta reforma planteada de manera populista,
concentrados los poderes de la unión en una sola persona, Andrés Manuel López Obrador,
y posteriormente en Claudia Sheinbaum, moderna versión de Su Alteza Serenísima,
Supremo Poder Conservador.
Los foros como el realizado en la Cámara de Diputados o el
efectuado en la Universidad de Guadalajara, son mera simulación, mediante la
cual el gobierno centralista está sepultando el más importante contrapeso a la
arbitrariedad de la concentración de poder.
Allá en el auditorio principal de la UdeG, los aplausos
fueron el sello de un Golpe de Estado, con el cual está sepultándose el legado
de Ignacio L. Vallarta o Crescencio Rejón, que deben estarse revolviendo en sus
tumbas al ver lo que están haciendo los morenistas con el legado histórico del
Amparo y la independencia del Poder Judicial, quebrantada y pisoteada por un
gobierno populista, al que solo le falta agregar la hoz y el martillo al emblema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario