sábado, 30 de noviembre de 2013
Pragmatismo político
El pragmatismo llevado a la política genera dividendos, pero también costos elevados. Utilizar esta filosofía para la toma de decisiones, evidentemente es un síntoma de desesperación por arribar a acuerdos, que no serán duraderos y que llevarán tarde que temprano al rompimiento de los aliados coyunturales, en un desgaste en el ejercicio de poder por parte del partido gobernante.
Se trata de una filosofía propagada por el filosofo estadounidense William James, con dos acepciones: tomar como verdadero lo que tenga aplicación práctica y la habilidad para adaptarse rápidamente a condiciones cambiantes.
Evidentemente el pragmático es voluble, superficial, inmediatista y coyuntural. Esto le impide tener un comportamiento homogéneo y estable en el tiempo; no es profundo, porque la profundidad en el análisis lo llevaría -por necesidad- a tomar otras decisiones que podrían traer beneficios a largo plazo; por tanto, es coyuntural, porque decide conforme a las situaciones que se le presentan y el contexto particular de las mismas.
Por eso mismo busca todo aquello que tenga aplicación practica y ante ello, se adapta y acomoda a cada situación.
Eso es lo que vemos en la política nuestra de todos los días, particularmente con el Pacto por México, donde el Partido de la Revolución Democrática se retira, molesto porque se siente relegado de la elaboración del dictamen, tanto de la reforma política, como de la reforma energética, procesos legislativos que la negociación partidista pretende llevar de la mano de manera practica.
Sin embargo, el PRD es víctima de su propio pragmatismo: negocia una reforma hacendaria y fiscal a contrapelo de su rival político Acción Nacional, en comunión con el gobernante Revolucionario Institucional, se ufana de haber logrado acuerdos relevantes en beneficio de la colectividad, sobre todo de quienes menos ingresos tienen, y luego de pronto, se dice engañado y recrimina el pragmatismo del Revolucionario Institucional y Acción Nacional que han establecido puntos de consenso en los temas políticos y energéticos.
Acción Nacional asume una auténtica posición pragmática y, despojándose de la molestia causada por la reforma hacendaria y fiscal, particularmente la homologación del Impuesto sobre la Renta, reasume su papel dentro del Pacto por México y compromete su voto a favor de una reforma política, atada a la reforma energética, bajo acuerdo de que ambas deberán salir casi de forma simultánea para evitar engaños.
Es el PRD víctima del pragmatismo que le fue criticado desde la Asamblea Nacional, donde se cuestionó el abandono de los principios de la izquierda, que reclaman posiciones más uniformes y continuas con el planteamiento ideológico propio.
Por ello fue criticado el presidente nacional perredista, Jesus Zambrano, por parte de múltiples personajes de izquierda que ven desdibujado el partido político creado a partir de los resabios de la izquierda, desde sus diferentes fracciones y corrientes: ven a un PRD más empeñado en buscar recursos económicos -Fondo de capitalidad o una reforma política que le otorgue autonomía estatal al Distrito Federal- a cambio de ceder en temas relevantes como el político y energético, amén del hacendario y fiscal.
Se queja pues el Partido de la Revolución Democrática de un pragmatismo del cual es víctima y verdugo a la vez: siendo un partido pragmático no le queda más que aceptar las reglas del juego de un sistema político pragmático.
El ganador, sin duda, es el partido en el poder, hábil, al agudizar las posiciones pragmáticas, lo que le permite generar coaliciones temporales y coyunturales a contentillo.
¿Es lamentable este estado de cosas? Lo es.
Al final de cuentas quien sufre es la sociedad que no tiene programas de gobierno con proyectos de largo alcance, sino solo aquellos que logran coaliciones de momento.
Proyectos, que ante una nueva realidad coyuntural, caen por su propio peso, en el pragmatismo de un sistema político efectivo, pero no eficiente.
Retirado de la mesa del Pacto por México, el PRD evalúa su participación dentro de las comisiones. Me parece que una cosa es un acuerdo político pragmático para buscar consensos como lo es el Pacto, y otra es la responsabilidad del legislador, que debe asumir su posición en el análisis crítico de los proyectos. El PRD se equivoca de nuevo con esta posición pragmática.
EN EL TABLERO...Arrancó en Juárez el Vive Bus, con problemas en la operación y grandes pendientes por amarrar, que deberán quedar subsanados en las próximas semanas, como ocurrió con Chihuahua...El tema principal es la resistencia de los concesionarios que no han querido aceptar los términos y condiciones de gobierno del estado, ante posiciones débiles de las centrales sindicales que poco han podido hacer...En estas condiciones es muy difícil operar el sistema de transporte, pero no imposible...La corrupción y precariedad del transporte en Juárez, históricamente hablando, hacen necesario que funcione Vive Bus...Todos le debemos apostar a ello...
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